La tubería de PPR se une a través del proceso de termofusión, el cual consiste en unir a base calor la tubería y la conexión por medio de una herramienta eléctrica llamada termofusor. Este permite que el material alcance la temperatura correcta (260°C), logrando así la fusion adecuada, haciéndose una sola pieza, evitando fugas como las que suelen presentar otros tipos de sistemas donde su unión es mecánica. Este proceso permite una instalación segura, rápida, higiénica y práctica.
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Para lograr la termofusión se utiliza una herramienta eléctrica llamada termofusor que calienta a 260º al mismo tiempo ambas piezas, uniéndolas en una sola.
Una vez que el proceso de termofusión se ha finalizado, es posible realizar la prueba de presión hidráulica.
Para ello es necesario esperar el tiempo de enfriamiento señalado.